¿Por qué llaman tanto la atención las casas abandonadas? Será por los mitos y cuentos de terror, si nos ponemos el traje de poetas metafóricos, por lo que implica un inmueble que antes estuvo habitado, por las historias que encierran esas paredes, por el simple hecho de ver una ventana, ojo de la casa, tapada definitivamente con ladrillos apilados.
Pero El Comecocos no tiene puesto ese “traje” (por lo menos hoy). Tiene puesto el frío y ajustado, pero necesario traje de la realidad. Y llama la atención una propiedad abandonada en la ciudad de Rosario porque ésta se encuentra inmersa en lo que todos denominan “boom de la construcción” (boom no es por el ruido de las obras en construcción, que bien podría aplicarse, sino por la manía que hay de extranjerizar nuestro idioma). Esqueletos de torres de lujo, hoteles 5 estrellas, casinos y restaurantes, entre otros, invaden la ciudad. Como gigantes que amenazan con tapar el sol, se erigen en suelo rosarino y hacen que sea imposible dar una vuelta a la manzana sin ver el nacimiento de estas moles de cemento.
Nadie puede negar la estructura capitalista del planeta en el que estamos inmersos, a menos que ése alguien permanezca en Cuba. Tal vez por ese motivo una casa abandonada sea un fuerte referente de reflexión. En un mundo de inseguridades de todos los tipos, físicas, emocionales, pero por sobre todo económicas, las sólidas paredes de cemento de una vivienda parecen, entre todos los bienes terrenales, el más eficaz de los resguardos.
Las turbulencias sociales que ha enfrentado el ser humano a lo largo del proceso histórico le han asegurado por lo menos, dentro de los Derechos Humanos, su derecho a la vivienda y la protección de su propiedad privada. Por este motivo al ver una casa abandonada, solo mitos y fábulas pueden otorgarnos una explicación paradójicamente lógica a semejante desperdicio.
Será por ese misticismo, por su carácter semi-ancestral o cuasi-inmortal, por su espíritu de supervivencia, pero la realidad es que El Comecocos fue hipnotizado por esas fachadas desgastadas. Quiso compartirlas para imaginar juntos una explicación más pragmática, o un relato de ciencia ficción, que justifique el abandono.
Por esta razón, El Comecocos decide reivindicar a estos muertos en pie. Que mas allá del mal aspecto, desagradable olor y el aglomeramiento de basura que generen, son fiel ejemplo de la Resistencia del pasado. ¿Qué historia oculta un inmueble abandonado? ¿Qué es lo que lleva a una persona a abandonar el bien más preciado? ¿Herencias, trámites, sucesiones, viajes, muertes pueden acabar con la vida útil de techos, paredes y ventanas?
Las fotos fueron tomadas por El Comecocos en San Juan al 1200 y Casilda al 1100, Rosario los días 19 y 20 de abril de 2007.
El audio de fondo es Propiedad Privada de Lucha Reyes.