sábado, 14 de abril de 2007
por Cienfuegos

Viniendo desde el sur por Oroño, una vez que se atraviesa el Parque Independencia y a partir de la calle Montevideo, el peatón parece cobrar mayor importancia. El boulevard ofrece un paseo enmarcado por bellezas naturales y arquitectónicas. A la galería central la completan una alfombra de césped verde, palmeras y frondosos árboles. Todo parece estar dispuesto para que el transeúnte disfrute de camino tan agradable como relajado. Todo excepto por algo: el camino esta minado de excremento canino.
¿Como es posible caminar por la calle esquivando cada dos pasos semejante “regalos”? Cualquiera pensaría que esto es obra de perros callejeros que no tienen dueño ni adiestramiento. Pero no, en la mayoría de los casos son perros, de raza, y que sus dueños impunemente deciden que sus mascotas defequen en pleno paso peatonal.
Aquel martes, era como cualquier otro martes. El boulevard Oroño a las 6 de la tarde se puebla de chicos que salen de la escuela, de estudiantes universitarios y, entre otros, de los villanos de esta crónica: los paseadores de perros.
Sentado en una banco ubicado a mitad de cuadra entre las calles 9 de julio y 3 de febrero El Comecocos pudo observar la escena entera. Aquel joven caminaba despreocupado, escuchando música a través de sus aparatosos auriculares. Una mano la llevaba en el bolsillo de sus anchos pantalones. La otra portaba la correa con la que paseaba a Rambo, un coqueto pastor alemán, de unos aproximadamente 3 años. Al llegar a determinado punto, el perro parece haber encontrado el sitio ideal para hacer sus necesidades. Es en ese momento en el que el muchacho comienza a hacerse el distraído de una manera casi histriónica. Primero revisa su celular, luego busca algo (que nunca encontró) en su mochila y finaliza su performance con la mirada perdida hacia ninguna parte. El hecho ya estaba consumado. Rambo ya había depositado su “sorpresa” en pleno Boulevard Oroño, ¡y de que tamaño! Ambos siguieron su paseo y se perdieron doblando por la esquina. El hecho había quedado impune.
Pero el problema recién empezaba. Quince minutos después, Julián, un inquieto nene de 6 años que recién salía de la escuela, caminaba de la mano de su madre a los saltitos. Comentando su día en el primer grado de la Dante Alighieri alcanzó a ver, a unos 10 metros, una paloma. Era tal su fascinación por esta ave, que no dudó en soltarse de la mano de su madre y corrió inocentemente en dirección a la paloma. Nunca sabremos si fue el destino, la mala suerte o una baldosa sobresalida lo que hizo tropezar al nene. Lo que si sabemos es donde aterrizó Julián: en las heces de Rambo.
El llanto del nene, sus manitos limpiándose con la remera del uniforme del colegio, los insultos e improperios de la madre dejaban traslucir mucho más que un acto desafortunado. Reflejaban una genuina protesta. Castigaban a aquellos que no saben convivir, a quienes no pueden compartir un espacio público y cuya preocupación por los demás es nula.
 



7 Opiniones:


At 16 de abril de 2007, 16:34, Anonymous Anónimo

Lamento que Bs. As. no se vea muy distinto al paisaje que vos bien describís.

 

At 18 de abril de 2007, 10:07, Blogger Sancho Panza

jaja, muy copado el template nuevo del pac man.
por cierto, te tengo que agregar a mi blogroll, cuando vuelvo del laburo te agrego, ahora, agarrate porque se te va a venir un aluvion de gente nueva!
ahi te ves!

 

At 18 de abril de 2007, 11:33, Blogger La Nena Monstruo

holas, solo quiero decir que me encanto el template.

Besos

 

At 18 de abril de 2007, 17:12, Blogger The Inner Light

Holas, solo quiero decir que no se que es un Template, sin embargo me gusto mucho todas esas cosas nuevas que tiene el blog, (supongo deben ser el Template) de todas maneras estoy de acuerdo con el comecocos aunque hago un mea culpa porque nunca llevo la bolsita para las heces de mi perro, es bastante degradante y asqueroso tambien para la persona que pasea el perro, el que encuentre la maquina perfecta para levantar soretes sin todos esos inconvenientes se llena de plata.
Besos

 

At 18 de abril de 2007, 17:16, Anonymous Anónimo

Si algún creativo esta leyendo esta página: que estas esperando para patentar la maquina levata soretes? Como dice Inner Light..te llenas de plata...

 

At 18 de abril de 2007, 18:21, Anonymous Anónimo

No es muy pintoresco el tema de las heces caninas, pero menos pintoresco es llegar a tu casa con un "regalito" bajo los zapatos, situación de la que todos fuimos víctima alguna vez. Pero tengo que ser sincera: hay otro tipo de basura que me preocupa mucho más, que a diferencia del excremento perruno no es biodegradable... No soy ecologista, pero después de los caóticos cambios climáticos de estos últimos tiempos me parece que es importante tomar conciencia antes de que te caiga un granizo en la cabeza. Pero si no nos cuidamos unos a otros, como vamos a cuidar lo que nos rodea...

 

At 20 de abril de 2007, 21:46, Blogger ? - a l a n -

Mucho de Razón tiene el relato. Pobre el episodio del pendejo, pobre de él.

Es verdad que hay mucha gente que pasea a sus perros y ni siquiera salen con la bolsita ni la palita. Y ojo que no son las señoras longevas, sino que son los personajes de corta edad que tranquilamente se pueden dar cuenta y actuar en cuestión...

Decí que vivo en el campo =)

Saludos-

PD: Alucinante el diseño!!